sábado, 27 de febrero de 2010

Releo la poesía que me gusta

Releo la poesía que me gusta. El poema diez de los veinte poemas de amor de Neruda, es la historia de nosotros. Nadie nos vio con las manos unidas, nadie importante, puros desconocidos apenas. Una amiga mía, que tú no conoces creyó vernos en la biblioteca. Otra, supo de la historia porque yo le conté. Un amigo a quien le había comentado, dedujo de tu conversación sobre mí, quién eras tú, apenas si podía imaginar tal cosa, y no dudó en decirme que no me hiciera esperanzas. Así lo hice. La azul noche caía sobre el mundo pero ninguna moneda de sol se incendió en mis manos. La fiesta del poniente de los cerros lejanos, que veía y vi desde mi casa de hombre sin casa, terminó, y ya no fue fiesta. No pude invitarte a verla, era incomprensible para ti. ¿Quién atenderá los motivos por los cuales perdimos el último crepúsculo? ¿Para qué sirven ahora las monedas de llamar? Te recordé con el alma apretada de esa tristeza que tú me conoces, y que por cierto, parece que no te gustó. Lo has escrito, lo dijiste, pero no sabes lo que hace una sola palabra tuya. ¿Dónde estás ahora que escribo esto, entre qué gentes extrañas, diciendo qué palabras sobre mí?. Tengo que decirte que se me viene todo el amor de golpe cuando me siento triste y te siento lejana, y también ahora que ya no estoy triste, pero que te siento más lejana, deberías saber de esto. Ya no tomo libros al crepúsculo, y realmente dejé mi capa porque no soy un héroe con superpoderes. Te alejaste una sola tarde y aún lo haces, aún caminas hacia ese allá donde apenas ya no existo. No sé exactamente si el crepúsculo borra las estatuas. Dije ignorar cuál sería el día de mi vida en que te querría por última vez, pero deseo que sea pronto o que vuelvas y no haya tal día. Pero creo que no volverás. No nos une nada excepto algunos datos de la memoria que pueden olvidarse con facilidad o con licor. ¿Dónde estás?¿Te gustaría releer conmigo?