miércoles, 19 de agosto de 2009

Preguntas

Ahora, habiendo ocurrido lo que ocurrió me ha dado por hacerme preguntas, por ejemplo ¿cuando te busco, qué busco?, y sigo a la actitud interrogatoria detrás de otras definiciones como ¿qué es buscar? o qué significa la búsqueda ahora que tú existes y del modo como existes. Si acaso esta palabra adquirió un nuevo significado desde que tú la tocaste, como si hubiera empezado a ser dominada por una magia desconocida por ti y por mí, entonces qué me espera con las otras preguntas que están construidas con palabras que tú también tocaste, e inclusive pronunciaste. ¿Cuando te encuentro, qué encuentro? Son ciertas las palabras de la carta mágica, que se suponía era una carta como esa de los marinos que descubrían nuevos mundos que cambiaban el orden del universo y desterraban a los monstruos a los más profundos espacios de la imaginación, o son apenas una sublimación de las expectativas del hombre sin sentido que esperaba encontrarlo viendo en los ojos dulces de su compañera. ¿Cuando te veo, qué veo? Veo sin duda lo que quiero ver y esto en muchos sentidos. La vida cotidiana no nos permite ver lo que la vida no cotidiana nos reserva y que caminamos detrás de preguntas que son inválidas, o que no saben andar o que vienen de regreso muertas-de-susto por el contenido de sus respuestas o tristes por su ausencia, ¿acaso no sabe la vida cotidiana que hay otras vidas que quieren vivir? ¿Cuando te hablo, qué hablo? Qué digo? Estas palabras orientadas hacia ti por mi culpa parecen desorientadas en sí mismas. No mires mis palabras, fíjate que hacemos cosas extrañas cuando las vemos, como besarlas con los ojos. Cuántos temas pueden existir entre dos personas desconocidas y cuántos más entre dos personas que quieren conocerse. No hay una agenda precisa, no hay un límite en la noche que no pueda romperse o desestructurarse. Podemos no dormir, no hay cansancio que aliviar cuando tus palabras se han vuelto todo el alivio que necesito y cuando tus oídos están ahí prestos para escuchar mis historias del futuro en el que seremos más felices que ahora aun cuando no haya la más mínima premisa para que eso suceda. El carácter terapéutico de tus palabras que no se parecen a las palabras de nadie más, que parece que fueran pronunciadas por primera vez, que parece que cobraran vida de un momento a otro y para siempre con tu voz, me llevan a escucharte,¿Cuando te escucho, qué escucho? Podría dormir pero cada una de tus palabras trae un poco de antisueño. No te lo he dicho pero cada vez que hablamos o que escucho tu voz por alguna razón no me es fácil dormir. Es como si ellas quedaran encerradas en mis oídos y fueran cayendo lentamente hasta el fondo de mi alma. Este como si es desastroso.

Cuando te busco, busco esas palabras que crean el futuro que merece la pena vivirse. Son palabras que atemorizan también, porque son como truenos y no sé ni cómo ni hasta cuando estarán en tu boca o si volverán a estar. Tú tampoco lo sabes. No hay buenas razones para que vuelvan a estar. Eso es lo que no quiero encontrar cuando te encuentro, una ausencia, por eso ya no te busco como antes, pero que no te busque no quiere decir nada. Mis sentimientos hacia ti no están mediados por mi búsqueda. Esto es un avance porque a veces buscar es perseguir y no querer. Pero yo si te quiero y por eso me hago preguntas para saber que cuando te encuentre voy a encontrar lo que por años anduve buscando sin saber siquiera que estaba buscándote, he ahí que el universo no tiene muchas opciones aunque se reconstruya en cada encuentro de mundos. Eso es lo que encuentro cuando te encuentro, un nuevo universo, en el que puedo verte como si tú fueras la luz. Pero no vemos la luz, si no su fuente, y esto no muy a menudo sino que vemos el mundo iluminado. Cuando te veo, veo el mundo iluminado y confirmo que el color del día es el color de mi alma. Y eso que no te he dicho que he construido mi casa con tu luz. Y que si vinieras bailando a decirme al oído que ya no puedes quererme como yo quisiera entonces tengo que decirte, sabiendo ahora sí lo que hablo cuando te hablo, que escucho, cuando te escucho, el ritmo de tu voz y la melodía del universo que has creado sin que eso signifique que mi casa de luz se destruya o que se cierren sus puertas para ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario