lunes, 16 de noviembre de 2009

Propuesta en varios pasos


Paso 1

Reconocer el aire envenenado y la desventaja respecto a los no enamorados. Hablar de libertad sin poseerla, hablar de ti. Hablar de ausencia y remembranza. Juntar unas palabras para decir algo convincente. Convencer a mi alma inconvencible de su desventaja y del peligro de respirar ese tipo de ideas etéreas, llenas más de nada y vacío que de cualquier otra cosa. Los fantasmas que acompañan siempre y se hacen profetas de cosas que nunca pasarán, hablan ahora de ti y de tu regreso con una bandera del color de la mañana, para anunciar los tiempos verdaderos, los tiempos valiosos. Discutir con fantasmas es toda la utopía de los que no tienen palabras, hablando de métodos, con seres que no escuchan, que no son sensibles al sonido. Nunca pensé en tu ausencia y por eso tal vez no pude preparar nada para ella, más que algunas palabras rápidas que hablaron de libertad en una tierra en la que la libertad se parecía a la música. Lo mismo ha pasado con tu recuerdo. Es apenas tan breve y tan corto el tiempo que apenas encontraré la manera de decir que sucedió sin poner detalles. Y ahora la verdad me habla también y me confirma que no mentías cuando creí que podías mentir, y que no mentiste pudiendo y que por lo tanto no me mentí con lo que sentía.

Paso 2
En todo caso las mariposas revolotearon y revolotean indefinidamente, pero no son eternas, no viven del aire, no se alimentan de la horrible ausencia. En este momento y tal vez para siempre si mi propuesta no surte efecto estas palabras tendrán más pasado que presente, más dolor que historia, más silencio que luz. Ya sabes lo que es la luz.

Paso 3
Siento que siempre me faltó mirarte más, verte los ojos dulces y tu mirada fuerte, y saber si tus labios tenían alguna dirección a la que yo pudiera llegar o si tenían algo que no se hallara en su sabor y las palabras que lentas y suaves se escapaban de ellos. Cierto es que las palabras construyen y destruyen. Cierto es que las caricias varían en su peso y gracia y que faltan. Lo digo en presente porque para este momento nada se ha perdido. La mayoría de las cosas siguen intactas, digo, de este lado de la frontera pese a la oscuridad,

Paso 4

Ahora que has vuelto y que traes una palabra en tus manos ya no se requiere entender las razones del pasado. En este momento no quiero saber porque el “no” de ayer. Sólo me interesa el sí de este presente y el sí del futuro. Alguna vez las palabras fueron espíritus y los aprendimos a encapsular en grafías que ahora no entendemos porque cada espíritu tenía una vida propia y ahora cada voz tiene una vida propia. No sé si conoces este clima extraño, pero me gusta que estés de nuevo aquí. Saber que las palabras que escribí no fueron una pérdida de tiempo sino que el tiempo fue a buscarte y las palabras perdidas también fueron a buscarte hasta que te encontraron para traerte, para convencerte, para sacar del fondo de tu alma de colores las cosas que te impedían venir a visitarme. Mi propuesta empieza invocando la ruta que tracé con la carta para leer a media noche, porque esa carta no decía más que bienvenida

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