sábado, 20 de marzo de 2010

Fragilidad 2

Al fondo de las palabras escritas resuena la fragilidad de quien escribe. Fragilidad la de las hojas secas o la del cristal. En todo caso resuena esa manera tuya de decir, de hacer, de significar los pies del mundo. Cabe en tus manos la pequeña y ausente existencia de la sombra última de mi poesía. La fragilidad de las cosas del mundo habla de la fragilidad misma, que se ha distribuido en todo lo que tocas. Un día tocaste mi corazón y como lo demás, tomó tanta fragilidad que las voces nocturnas se atrevían a hacerlo vibrar. Pero una historia de la fragilidad sólo tiene su pleno sentido cuando algo se rompe. Sólo sabemos de la fragilidad de la hojarasca cuando escuchamos su crujir oscuro y natural. Sólo sabemos del cristal cuando ha pasado a integrar el peligro. Pero no se rompió acá un corazón sino sus palabras. Estas palabras están rotas. Sólo algunos las podemos ver descompuestas, deshechas, repartidas, incompletas, sin orden ni conjunto. Sólo quien oye las palabras al fondo de la tarde, como en un pasillo lento y vacío, puede medio escuchar su fragilidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario